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Fakir: Tú en realidad eres un pato. Y yo... En realidad siempre han sido los demás quienes me han protegido a mí. Yo no puedo proteger a nadie.
Ahiru: Hice todo lo que pude por Mytho, pero... ¿En realidad lo hice por mí?
Katsuji Yashima: Siempre evitáis lo que no os gusta, y hacéis lo que os viene en gana. ¡Por eso cuando tenéis problemas solo esperáis a que alquien os ayude! ¡Fueron la gente como vosotros quienes provocaron esta catástrofe!¡ Sois unos inútiles!
Kubilai: ¡Somos soldados del honorable ejército mongol! ¡No somos salvajes! ¡Y el primero que desobedezca una orden se enfrentará a mí! ¡Las órdenes las doy yo, Kubilai, quien las impondrá desde ahora!
Drosselmeyer: ¿No será que intentas hacerte responsable de lo que escribes? Ése es tu problema. Al escribir no hay que tener ataduras ni pensar en las consecuencias, sólo hacer lo que te plazca.
Carol: Es una pena que perdiéramos en el vóley.
Misuzu: ¿Cómo podría ganar un equipo con nosotras dos?
Tomo: No me subestimes. Una vez me dormí a las once y media.
Junichiro: ¿En serio? Pues yo he aguantado hasta medianoche.
Tomo: ¡¿Medianoche?! ¡Eso es ya el día siguiente!
Hombre 1: ¿Cuánta fortuna tiene ese tipo?
Hombre 2: Se llama Luckyman por una razón, ¿no?
Hombre 3: ¡Eso debe ser! Ciertamente.
Luckyman: Sin ningún poder, pero siempre ganando por pura suerte... ¡El más suertudo héroe de la justicia, el número uno del universo, Luckyman ha llegado!
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, hubo un hombre cuya vida llegó a su fin. El hombre tenía el poder de hacer los cuentos realidad. Por temor a que sus tragedias acaecieran realmente, le cortaron las manos. Cuando el hombre murió, todos suspiraron aliviados. Sin embargo, con sus manos recién cortadas, el hombre había escrito una historia con su propia sangre. Era la historia de sí mismo y de cómo continuaría escribiendo incluso después de la muerte.
Cuervo: Te amamanté con mi noble sangre desde que eras un bebé, pero no has dejado de ser una necia humana.
Jia: ¿Cómo puedes cambiar tanto sin los tacones?
Hoho: No sabes lo aterrador que es ponerte estos. No me puedo creer que sean zapatos.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, hubo un hombre cuya vida llegó a su fin. Aquel hombre escribió la historia de un príncipe feliz que amaba y era amado por todos. Mientras la gente se enfrentaba entre sí por el amor del príncipe, un malvado cuervo les arrancó a picotazos sus amantes corazones uno tras otro. Cuanto más los amase el príncipe y quisiera salvarlos, más alimentaba ese amor al cuervo. Hasta que el cuervo pensó “Me gustaría devorar el corazón del príncipe, el más delicioso de todos”.
Mytho: Cuando me hayas arrancado el corazón, recuerda besarlo y teñir tus labios con su sangre.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, una princesa fue hecha prisionera. Encerrada en el castillo del señor de los demonios, no tuvo otra elección más que danzar como un títere... de acuerdo a sus caprichos. Un día, un héroe deseoso de salvar a la princesa retó al señor de los demonios. Pero no había forma de que aquel héroe saliese victorioso. Porque aunque él no lo sabía, era un títere creado por el mismo señor de los demonios.
Mytho: ¿No es extraño? Amo y deseo proteger todo lo que hay en este mundo. Y aun así, quiero que todo el amor del mundo sea sólo mío. ¿Cuál se supone que es mi verdadero ser? Quiero que me amen, ¿pero es bueno sólo ser amado? No lo sé, mi orgullo sigue perdido en la oscuridad.
Anticuario: Hay cosas que es bueno saber y otras que no.
Neko-sensei: Todo el mundo atraviesa periodos en los que los sueños parecen inalcanzables. Pero esa forma de pensar no es más que una máscara ante la falta de motivación.
Ahiru: Fakir es fuerte. Aunque no lleve una espada, Fakir es el caballero de Mytho.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, vivió una princesa muy amada por sus padres. Un día, consiguió esquivar a los guardias del castillo y salió al exterior por primera vez en su vida. Sin embargo, no importaba cuánto caminase, fuera del castillo sólo había un bosque interminable y oscuro como la noche. Cuando quiso darse cuenta, ya no era capaz ni de salir del bosque ni de volver al castillo. En aquel reino, lo único que existía era el interior del castillo.
Neko-sensei: Últimamente, estás incluso menos centrada que antes. Da la sensación de que has perdido la motivación. ¿No será que te has dado por vencida y piensas que ya no puedes hacer nada más?
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, hubo un hombre cuya vida llegó a su fin. Las historias que ese hombre hilaba se hacían realidad. El rey, los nobles y los adinerados del reino acudían a él para que escribiera sobre ellos. Pero al comprobar que sus deseos realmente se cumplían, empezaron a temer su poder y a aborrecerle. Cuando el hombre falleció, todos suspiraron aliviados por haberse librado de aquella maldición. Nadie oyó la burlona risa del hombre muerto.
Neko-sensei: ¡Mis estudiantes se casan incluso antes que yo! ¡Nada podría hacer más feliz a un profesor!
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, vivió una doncella. Sus padres la prometieron con un joven de su confianza en lugar de con quien ella amaba. Sabía que aquel joven la amaba profundamente, pero ¿era su amor tan grande como el de su amado? La doncella dudaba. Al final, de tanto dudar entre uno y otro, olvidó a cuál de los dos amaba realmente.
Hermia: ¿Verdad que es conmovedor? No sé por qué, pero es como si rebosase amor. Seguro que pensaba en alguien mientras la esculpía.
Ahiru: Quizá ese alguien eres tú!
Hermia: El amor es algo maravilloso, pero al mismo tiempo hace que la gente sufra y se ponga triste. Así que a todos nos cuesta decir “Te quiero”, y no dejamos que nuestros sentimientos salgan a la luz.
Drosselmeyer: Todos los fragmentos errantes están ya donde les corresponde.
Ahiru: ¿Qué? ¿De verdad? Así que, ahora...
Drosselmeyer: Ciertamente, debe de estar padeciendo un gran dolor.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, una doncella se enamoró. Deseaba contarle a su amado cómo se sentía, pero a la vez temía no ser correspondida. La indecisión la carcomía día tras día. Dejó de comer, incluso de dormir. Al final, falleció sin ser capaz de comunicar sus sentimientos. Sin embargo, el hombre al que amaba se casó y fue feliz, sin saber nunca de su existencia.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, vivió cierto caballero. Siempre cumplió con su deber, fuese cual fuese. Ni siquiera vaciló cuando hubo de quitarle la vida a su amada. Ése era su mayor orgullo. Pero el caballero sólo sabía acatar órdenes, y tras su muerte, siguió vagando en busca de una misión que cumplir. Dicen que el otrora caballero, ahora fantasma errante, lleva en sus manos la espada manchada de sangre que una vez atravesó el corazón de su amada.
Femio: La palabra miedo no existe en mi vocabulario. Pero si tuviera que temer algo, sería a mi propia belleza.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, vivió un joven increíblemente hermoso. La gente amaba a ese apuesto joven, pero él nunca parecía mostrar interés en los demás. Sólo se amaba a sí mismo. Cuando el joven que sólo quería ser amado y no amar, por fin llegó a querer a otra persona, descubrió que ya no era capaz de expresar esos sentimientos.
Mytho: Tu hermoso corazón hace que las flores crezcan hermosas.
A Freya.
Ahiru: Freya-san es encantadora. Ojalá pudiera ser como ella. Pero eso...
Uzura: Ni en un millón de años, zura.
Ahiru: ¿Qué? ¿De verdad?
Uzura: De verdad, zura.
Ahiru: ¿Es imposible?
Uzura: ¡Del todo, zura!
Ahiru: Espera, ¿con quién estoy hablando?
Chojuro: Boruto, tu determinación se basa en la ingenuidad. No se detiene una guerra con ella.
Bowman: No importa cuán magnífico sea el intelecto humano, este planeta se lo tragará y no quedará ni el recuerdo. El amor y el odio humano no perdurarán. Pero la vida y sus acciones, sí. Tú y yo somos parte de la naturaleza. Por eso podemos pararnos aquí. Por eso podemos admirar esta vista. Pero la gente desentierra el pasado anhelando recuperar la gloria perdida. Convertir las reliquias antiguas en poder y armas no cambiará el paisaje que tenemos delante.
Suzuko Kawahara: Pasas demasiado tiempo en internet. Deberías aprender más sobre el mundo real.
A Yu.
Yu Ominae: ¡Solo apelas a Dios para justificar tu reforma mundial! Apuesto a que en el fondo sabes que usas a Dios como excusa para no hacerte cargo de tus crímenes. No eres ningún dios. ¡Eres humano! Nuestro futuro... ¡lo decidiremos nosotros mismos!
A MacDougal.
Yu Ominae: No importa cuán científicamente avanzados estén, los humanos no son rivales para la naturaleza. Aunque sean una civilización de dioses.
Narradora: Hace mucho, mucho tiempo, vivió una muchacha que amaba las flores como nadie. Rezaba a diario para que su pueblo se llenara de bellas flores. Para hacerlo posible, arrancó todas las malas hierbas del lugar. Al cabo de un tiempo sus plegarias fueron escuchadas y el pueblo quedó cubierto de flores. Pero por algún motivo, ese pueblo lleno de flores de todos los colores... le resultaba un poco gris a quien lo veía.
Lilie: Hace un rato estaba casualmente siguiendo a Pique, y casualmente la vi reunirse con Mytho-sama. Casualmente les seguí a los dos, y llegaron a un sitio en el que estaban ellos dos solos. ¿Y bien? ¿Quieres ir casualmente adonde están?

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